La ventanita pequeña por donde sale ese haz de luz cargado de historias tiene detrás todo un increíble proceso.
Atrás quedó esa visión romántica del cine, esos proyectores con sus bobinas de celuloide. Ahora todo está informatizado. Las películas son discos duros y los proyectores se gestionan mediante ordenadores, llegándose a transmitir, incluso, vía satélite en directo.
Vimos "Ferdinand", una película de animación basada en"El cuento de Ferdinando" de Munro Leaf.
Lo pasamos genial y prueba de ello fue el silencio que reinó en la sala durante casi toda la proyección de algo más de hora y media.
Toda una experiencia, sin duda.